El Bruxismo es un hábito o actividad involuntaria de la musculatura mandibular que consiste en generar fuerza, apretar o rechinar los dientes. Realmente el bruxismo es padecido por el 70% de la población, pero solo unas pocas desarrollan los efectos secundarios de bruxar. Estos pueden ser tales como dolores de cabeza y oído, dolores mandibulares o en un caso muy extremo insomnio, sensibilidad dental o ansiedad. El bruxismo se manifiesta de noche, cuando caemos dormidos, por esta razón una gran parte de las personas que lo sufren, lo desconocen.
Para hablar de las causas que podrían estar generando esta costumbre, primero debemos aclarar que no existe un único motivo que determine la existencia del bruxismo, aunque si factores que benefician su aparición.
- Alineación incorrecta de las piezas dentales
- Un cuadro de estrés o ansiedad
- Un ciclo del sueño desordenado, con hábitos alterados.
- Una mala postura
La Fisioterapia como método tratamiento
Actualmente, existen algunos métodos que pueden tratar esta problemática como:
- Férulas Oclusales: Férulas que se colocan durante la noche para evitar la contracción mandibular y que reduce algunos de los síntomas como el dolor de cabeza.
- Psicológico: Si tu bruxismo viene motivado por estrés, ansiedad o trastornos del sueño, acudir a un profesional puede mejorar esta faceta de tu vida y por ende tu mansíbula.
- Hábitos de vida: Reducir estimulantes o excitantes como el café, alcohol o tabaco antes de ir a dormir
- Fisioterapia: Alivia la rigidez muscular y relajar esa tensión acumulada en la mandíbula. Además, se realiza una valoración postural para el tratamiento a largo plazo.
Centrando nuestra atención en esta última fórmula, cabe remarcar que se localizan los puntos de tensión para trabajar esa zona. A través de un masaje, el fisioterapeuta desbloquea las articulaciones de apertura mandibular mediante masoterapia, técnica que trata de manipular los tejidos blandos del cuerpo con diferentes grados de presión y movimiento.
Otra de las grandes ventajas de la fisioterapia aplicada al bruxismo es su finalidad didáctica, pues se trabajan ejercicios de resistencia donde el paciente trata de abrir la boca sin que el fisioterapeuta lo permita. Se aprende a estirar el esternocleidomastoideo que extiende pecho y libera tensión. Otra de las grandes zonas afectadas por esta dolencia es el cuello, por eso en fisioterapia se trata de aliviar la carga retenida en este lugar.
En un breve resumen, las prácticas más habituales para tratar el bruxismo en fisioterapia serían las siguientes:
- Ejercitar la mandíbula y sus articulaciones de apertura a través del masaje
- Ejercicios de contra resistencia
- Electroterapia
- Estiramiento del esternocleidomastoideo
- Tratar la zona de presión retenida en el cuello.